En Twitter se ha organizado un desafío de estos de responder en 30 días. El organizador es Davile y ha propuesto una serie de preguntas para directores de juego y otras para jugadores, agrupadas con el hashtag #rolen30dias. Cuando era un bloguero joven y despreocupado, me apuntaba a estas cosas sin pensar y cumplía a rajatabla con lo de escribir una entrada al día; tengo pruebas, muchas pruebas, pero que muchas pruebas (*).
Ahora, en cambio, soy más mayor, sabio y comodón, y ya me tomo estas cosas con gran parsimonia, por no decir con una inmensa pachorra. Así que voy a ir contestando a estas cosas despacito y, probablemente, contestando un poco más de lo que me piden, o un poco distinto. Nadie lee ya blogs, así que tampoco va a tener tanta importancia lo que haga o deje de hacer :D. Ah, tampoco las voy a publicitar en Twitter porque no tengo redes sociales desde hace tiempo (aunque de algo me entero a través de la cuenta de Twitter de la editorial...).
La primera pregunta del desafío trata sobre la primera vez que hicimos de máster, y comenta si fue por iniciativa propia o si es que alguien tenía que hacerlo. Bien, entiendo que la situación a la que hace referencia esta pregunta sea parecida a que un grupo de colegas descubre qué son los juegos de rol, les mola el concepto y entienden que uno de ellos tiene que ser el máster. A partir de ahí, una de dos, o hay un valiente que, lleno de entusiasmo, se ofrece voluntario, o más bien a uno le cae el marrón y tiene que ponerse a ello aunque realmente hubiera preferido que lo hiciera otro. Es decir, la pregunta va un poco de si empezaste a ser máster por vocación o por casualidad/obligación ;).
En mi caso, la verdad es que fue por vocación, y porque yo no tuve un grupo de amigos con los que descubrí el rol. Yo llegué al rol por mis propios medios, gracias a los libros de Elige tu propia aventura, Lucha-Ficción o La Búsqueda del Grial. Para ser exactos, lo hice porque había anuncios de juegos de rol al final de estos librojuegos (de Dragones y Mazmorras en el caso de las series de D&D Aventura sin fin, por ejemplo). El anuncio que me terminó de convencer para encargar mi primer juego de rol en la librería de mi barrio fue uno que me encontré al final de los librojuegos ambientados en la Tierra Media de Tolkien. Por supuesto, ese juego fue El Señor de los Anillos, también conocido por sus siglas en inglés: MERP (Middle-earth Role Playing).
El juego tardó semanas en llegarme a la librería, y cuando lo tuve en mis manos y lo leí, resultó que las únicas personas con las que podía jugar eran mis hermanos y primos pequeños (que tenían entre 9 y 5 años; yo tenía 14). Así que obviamente el que dirigió las primeras partidas fui yo. Era la única persona con capacidad para leerse ese tocho y sacar algo en claro xD. Y que conste que hubo cosas que seguro me costó entender más que otras, pero pillé el concepto bastante rápido. Y aunque nuestras primeras aventuras fueron un poco raras, el concepto me maravilló tanto que poco a poco fui mejorando. Sobre todo cuando me compré mi segundo juego de rol, RuneQuest, y encontré un sistema de juego mucho más amigable para mí y mi estilo de juego ;).
Así pues en mi caso fue vocación. Quiero dejar claro que mucho antes de que yo jugara al rol con un juego de verdad, ya organizaba juegos con mis hermanos pequeños en los que éramos piratas o caballeros, y en los que yo ya hacía de máster. Y que nuestros muñecos (Clicks de Famóbil, Másters del Universo o Airgam Boys) ya corrían grandes aventuras inventadas cuando éramos más canijos. El juego de rol no fue sino una evolución lógica de las cosas que mis hermanos, primos y yo mismo ya hacíamos antes.
Nótese, por cierto, que yo no tenía muchos amigos por aquel entonces. Los tenía, claro, pero solían estar más interesados en los deportes (en los que yo era muy malo) o los juegos de habilidad como chapas, canicas, etc. (en los que también era muy malo). Si a esto le añadimos que era muy tímido de pequeño, pues eso reducía bastante mi rango de amistades. La cosa fue mejorando con el paso de los años en ese sentido (y en muchos otros).
Yendo a una reflexión más general, me resulta curioso que alguien pudiera verse obligado a hacerse máster. Es decir, que tus colegas decidieran que alguien tenía que hacerlo y que te tocara a ti :D. De todos los másters que he conocido a lo largo de los años, creo que ninguno de ellos ha mostrado nada menor que un enorme entusiasmo por esta afición. Es decir, que a todos los veo de la rama "vocacional", y no es de extrañar, porque a ver... esto es una afición. A las aficiones, sobre todo a aquellas que mantienes a lo largo de años y décadas, se les supone un punto de pasión por parte del que las practica. No niego que pueda haber gente que empezara a dirigir un poco por obligación, pero si continuó haciéndolo durante años entiendo que lo hizo porque le cogió el gustillo. Y, la verdad, entiendo también que si se dejó liar desde un buen principio sería porque realmente le llamaba la atención ;).
Al fin y al cabo, ser máster, narrador, director de juego, o como quieras llamarlo, es algo que exige por lo general algo de esfuerzo y preparación. Vale que igual con el paso de los años eres capaz de dirigir con cuatro notas y tres dados, improvisando a saco, pero hombre, un primer libro te tienes que leer normalmente ;), así que como mínimo eso requiere de un poco de dedicación. Y las cosas a las que dedicamos tiempo pero no nos dan de comer solemos hacerlas por gusto.
Bueno, me gustaría saber si soy muy raro en este sentido o si hay más gente que vició a sus familiares más pequeños en todo este asunto del rol. Ahí abajo tenéis los comentarios ;).
Saludetes,
Carlos