Quantcast
Channel: La Frikoteca
Viewing all articles
Browse latest Browse all 421

Confinados IV: No hace falta que aprendas nada

$
0
0

Quinta semana o así de confinamiento. Echo de menos salir a andar por el campo, aunque yo tengo un chalet y puedo salir a que me de el aire y hasta comer fuera, cuando el tiempo lo permite. Así que, que conste, no me quejo. Los hay que lo están pasando mucho peor.

Hemos logrado que los niños se pongan mínimamente al día con el tema de deberes, y hasta hemos logrado enviar por correo electrónico a sus tutores todas las cosas que teníamos pendiente mandarles. Mi mujer y yo seguimos trabajando (yo con aún más reducción de jornada por causa del ERTE), pero poco a poco hemos instaurado una suerte de normalidad que no deja de estar llena de muchísimas cosas que hacer. Como ya os dije en la anterior entrada de esta saga confinada, no tengo tiempo para aburrirme.

Salir a comprar puede ser un poco estresante. Al principio salía mucho más, a comprar el pan o al super o la tienda de barrio, pero poco a poco vamos espaciando las salidas, y nos turnamos mi mujer y yo. Claro, desde hace semanas usamos guantes, y ahora tenemos unas mascarillas muy chulas de esas lavables y reutilizables. Que lo mismo funcionan y lo mismo no, pero menos da una piedra.

De este confinamiento saldré como un oso: gordo y peludo

Ahora el pan lo compramos de seis en seis barras y las congelamos. Es sorprendente lo que aguanta así, simplemente con que lo saques un poco antes de comer y lo calientes en el horno. Las compras suelen ser copiosas para que no tengamos que salir más que cada tres o cuatro días, y alternamos el comprar en el Mercadona y el Día con pillar carne y verduras en las tiendas del barrio. Ayer por la mañana una de las chicas de la frutería me preguntó si seguía cuidando a mi sobrina pequeña y le dije que no, que ya estaba con sus padres. No os negaré que me sorprendió que se acordara, después de llevar un par de semanas sin ir. Pero es lo que tienen las tiendas del barrio, que son como de la familia. Ya antes del confinamiento estaba yendo más a menudo a comprar allí, pero es que después de que pase todo esto, ya dudo mucho que compre fruta y verdura en otro sitio :D.

Ayer hablaba con mi mujer de que lo de hablar con tanta gente por videoconferencia está empezando a agobiarla un poco. Es cierto que por lo general nosotros tampoco hablamos tan a menudo con la familia y los amigos, pero en estos tiempos sí que lo haces. Y sí, a veces puede ser un poco agobiante el ritmo frenético de conexiones vía vídeo de WhatsApp, Zoom o Skype... pero esta mañana me ha llamado mi tío por teléfono, simplemente para charlar cinco minutos sobre que este año se nos ha jodido la reunión anual del clan: Villarejo Cavernícola. Mi abuelo vivió con sus hijos (mi padre y mis tíos) y su mujer en una cueva de pastores después de la guerra civil, y desde el año pasado habíamos instaurado entre mi tío y yo la costumbre de juntar a todo el Clan de la Cruz para visitar la cueva y comernos una paella o una caldereta en casa de mi tía, la mayor de los cuatro hermanos. Este año se nos ha fastidiado la reunión, pero no la olvidamos. Juntar a todo el clan fue una de las cosas más cojonudas que hice el año pasado, y si me tengo que saltar un año, pues me lo saltaré, pero tarde o temprano, nos volveremos a juntar. Bueno, el caso es que sí, puede ser un poco agobiante estar cada dos por tres conectándonos... pero a mí me ha alegrado la mañana simplemente charlar un ratito.

Desde hace ya unas semanas, todos los sábados por la noche dejamos a los niños viendo la tele o jugando a algo y nos vamos mi mujer y yo a conectarnos con Skype con otros colegas, y cenamos juntos, nos metemos una botellita de vino y charlamos de todo un poco. O jugamos a adivinar películas o incluso al Código Secreto, que se puede jugar haciendo de jefes cada pareja en su casa y echándole fotos al tablero xD. Vale, cada pareja debe tener el juego en casa, pero da la casualidad de que casi todos tenemos una copia. Es una bonita costumbre, y estoy viendo más a mis colegas que antes :D. Oye, y luego, aunque te hayas pasado con el alcohol, pues no tienes que coger el coche para llegar a casa :P.

Desde la ventana de mi casa ahora se ve una torre negra que hay camino de Santa Eugenia (vivo en Rivas). Mi mujer dice que antes no se veía, por la polución. Yo creo que no es así, que simplemente antes no nos habíamos fijado... pero igual tiene razón. Lo averiguaré cuando la A3 vuelva a estar llena de coches, una vez haya pasado el confinamiento. Pero el caso es que yo miro por la ventana, hacia el campo, y es cierto que todo se ve más nítido. Igual no es que haya menos contaminación, sino que estoy idealizando volver al campo :D. Pero bueno, es un hecho que la boina de mierda de Madrid se ha reducido a la mitad, simplemente con dejar a cientos de miles de vehículos en casa. Manda huevos.

Realmente, yo creo que el curro que hago en la oficina lo podría hacer tranquilamente en casa. Sé que no todo el mundo puede teletrabajar, pero es que yo sí puedo, y un montón de informáticos y administrativos también pueden hacerlo. Tomen nota, señores empresarios. Que se pueden ahorrar un quintal en alquileres de oficinas. Y no digo ná de lo que nos podríamos ahorrar en gasolina y atascos. Bueno, soñar es gratis.

Es bastante posible que al empezar el confinamiento muchos pensáramos que íbamos a tener tiempo de hacer muchas cosas que antes no hacíamos. Error. Quizá los solteros y las personas sin hijos lo hayan logrado, pero con tres niños en casa, teniendo que comprar a kilos la comida, cocinándola, ayudando con los deberes, etc., pues no sé, a mí se me pasan los días sin sentir :D. Por otro lado, es curioso, me da la impresión de que llevo años confinado. Supongo que el cerebro me está haciendo catacroker, y que habrá algún psicólogo entre el distinguido público de este blog que me pueda explicar esta paradoja.

Voy a terminar esta entrada con una reflexión sobre el título de la misma. Cuando empezamos a estar metidos en casa se nos dijo que teníamos que buscar cosas que hacer, formas de no aburrirnos, etc. Creo que es cierto que no es bueno que el ennui nos invada y que nos incapacite por completo para la acción. En cualquier momento habrá que volver a la vida fuera de casa, aunque será una vuelta progresiva, con guantes y mascarillas. Pero si para entonces has pasado el tiempo y no has aprendido a cocinar, o te has visto todas las series del mundo o simplemente han pasado los días sin que hagas nada más productivo que cuidarte y cuidarnos... pues ya está. No es un drama. No añadas estrés a la situación, que ya es suficientemente rara. Lee un libro. Haz un puzzle. Ve una serie. Pero no te me estreses. Hay que mantener la mente ocupada, pero ya está. Creo que simplemente sobrevivir a estos tiempos confusos va a ser suficiente enseñanza para el futuro.

Saludetes,
Carlos


Viewing all articles
Browse latest Browse all 421

Trending Articles