Parece mentira, pero llegué. Casi dieciocho años después de empezar a escribir en La Frikoteca, logré escribir esta entrada número mil que estás leyendo en estos momentos. Camilo José Cela dijo en una ocasión que «en España, el que resiste, gana» y no le quito razón. Al final, el modo de comerte un elefante es primero la trompa, luego una pata, luego otra y así hasta que no queda elefante xD.
Ya he comentado en muchas ocasiones que yo abrí este blog por casualidad. Simplemente, no podía comentar en el blog de mi hermano sin una cuenta de Blogger (por aquel entonces, distinta de la de Google) y cuando la dabas de alta te ofrecían la posibilidad de crear tu propio blog, así que eso hice. En alguna ocasión he repasado esas primeras entradas y, aparte de darme cuenta de que antes escribía mucho peor que ahora xD, también es bastante revelador el hecho de que muchas de las cosas que pensaba en aquel momento las sigo pensando ahora. Sigue gustándome jugar con gente joven que nunca antes ha probado los juegos de rol, sigo pensando que siempre será mejor echar una partida, por poco preparada que sea, que teorizar sobre rol y sigo opinando que todo el mundo es friki de algo. Al menos, todo el mundo interesante ;).
La mayoría de los blogs de texto suelen durar unos seis u ocho años antes de cerrarse. Otros no, otros aguantan años y años, como el mío. Si me preguntáis cuál es el secreto, creo que es simplemente equilibrar lo que te cuesta escribir en el blog y lo que te aporta. A mí hay ocasiones en las que no se me ocurre de qué escribir, porque no me haya llamado nada la atención en el mundillo rolero o porque aquello de lo que me apetece escribir ya lo he explorado antes en el blog. En ocasiones me ha pasado que he tenido ganas de escribir sobre un tema (teoría vs práctica, por ejemplo) y me he dado cuenta de que ya tenía una entrada sobre ello publicada hace cinco, diez o hasta quince años atrás. En realidad, no pasa nada por retomar un tema y buscar un nuevo punto de vista. Puede incluso que tu opinión sobre algo haya cambiado o evolucionado y que puedas aportar un matiz nuevo. Pero a mí me ha sucedido querer escribir algo y descubrir con una búsqueda que estaba volviendo a escribir lo mismo que ya había escrito, sin cambios dignos de mención. Claro, es posible que si yo no me acuerdo, tampoco se acuerden las personas que leen el blog, pero me parece algo deshonesto xD.
Por suerte, el bloqueo creativo no me suele durar mucho. Te puede sobrevenir si quieres que cada entrada sea espectacular, currada y maravillosa. Pero es que no es necesario. Puedes usar el blog como lo que es en realidad: un diario personal en el que viertes lo que se te pasa por la cabeza. En mi caso, normalmente es lo que se pasa por la cabeza y que esté relacionado con el mundillo de los juegos de rol o el frikismo en general. Pero no puedo evitar en más de una ocasión dejar entrever momentos de mi vida más «normal». Me resulta muy curioso leer entradas antiguas y descubrir que he hecho cosas que ya no recuerdo, como ir de vacaciones a un sitio determinado o jugar una partida con una persona con la que perdí el contacto hace ya años.
Si estás interesado por algo, si sientes pasión por un tema, es muy difícil que no se te ocurra algo que comentar o sobre lo que escribir. A lo largo de los años he comentado novedades, he hablado de editoriales antiguas y nuevas, he hecho reseñas de juegos, he escrito sobre mis partidas y hasta he publicado el resultado de mis «investigaciones» sobre la historia del rol. Lo pongo entre comillas porque creo que tengo una injustificada fama como «historiador del rol». Yo creo que la gente de Rol de los 90 son mucho mejores historiadores que yo, y sus estudios y entrevistas sobre el pasado de nuestra afición me parecen mucho más meritorios que lo que escribo yo. En mi caso siempre he dicho que todo lo saco de lo que hay en internet y, en la mayoría de las ocasiones, las entradas «históricas» surgen de mi curiosidad por algún aspecto del rol del que no sé demasiado y del que investigo.
Antes comentaba que había que equilibrar lo que te cuesta escribir en el blog con lo que te aporta. Escribir una cualquiera de mis entradas suele llevarme entre una y dos horas. No suelo tener varias entradas escritas a la vez, con varios borradores a medio terminar. Es más común que abra el ordenador, me ponga a escribir y saque la entrada de una tacada (como estoy haciendo ahora). Cuando se me echa el tiempo encima y tengo que atender alguna otra tarea, guardo la entrada y la termino más adelante. En contadas ocasiones tengo un plan un poco más elaborado, como cuando voy a escribir una serie de entradas como por ejemplo, la historia de algún juego. Pero incluso en esos momentos el primer borrador lo suelo modificar siempre cuando me pongo a escribir.
En cualquier caso, invertir una o dos horas por entrada no es moco de pavo. Es tiempo en el que podría estar haciendo otras cosas, como leer, jugar o estar tiempo con los seres queridos. Tengo la costumbre de acostarme tarde y despertarme temprano, y ni mi mujer ni mis hijos comparten conmigo ese afán por madrugar xD, así que muchas de estas entradas se escriben mientras mi familia está en brazos de Morfeo. Aun así, todo cuesta.
¿Cómo se compensa el esfuerzo? Monetariamente no, desde luego. No hace demasiado me preguntaron que si no había pensado en poner publicidad en el blog. No es la primera vez que me lo preguntan, pero siempre me pasa lo mismo: la pregunta me sorprende. Yo tiendo a ignorar la publicidad que veo en otros blogs, me resulta casi invisible, y pienso que la gente que llegue a La Frikoteca pensará lo mismo. No veo nada sucio en tratar de sacarte unos eurillos con publicidad, pero no creo que me sacara ni para pagarme un par de libros al año así que, ¿para qué? Lo cierto es que el blog lo escribo sobre todo... para mí. No os ofendáis, ¡me encanta leer vuestros comentarios! Y me siento orgulloso de responder a la inmensa mayoría de ellos. Pero en realidad mi principal público objetivo soy yo. Escribo la mayor parte del tiempo para poner en orden mis pensamientos. Mi padre me dijo hace muchos años, cuando era pequeño, que un buen modo de estudiar era escribir sobre aquello de lo que estabas estudiando. Que la palabra escrita fijaba las ideas en tu mente. Para mí es importante reflexionar sobre los asuntos que me interesan y ponerlos negro sobre blanco me ayuda a ordenarlos, esquematizarlos y explorarlos.
Es curioso, pero no suelo releer demasiado mis entradas. No de forma sistemática. Un lector del blog comentaba en la anterior entrada que se había leído las por aquel entonces 999 entradas de principio a fin, y confieso que me sorprendió. Yo no me las he leído nunca empezando por la primera y siguiendo pacientemente hacia delante en el tiempo hasta llegar al día de hoy. Temo que si hiciera algo así no podría resistir la tentación de reescribir, comentar o añadir notas a cada entrada, y aún no estoy en ese momento de mi vida. Quizá en un par de décadas, cuando escriba mis memorias xD.
Al final, lo importante para mantener una actividad durante mucho tiempo, sea esta un blog, una práctica deportiva o incluso una relación, es que esta sea satisfactoria por sí misma. Que disfrutes escribiendo, dándole patadas a un balón o pasando tiempo con una persona. Que te salga de dentro y que te sientas bien. Ni la monetización, ni la fama, ni los comentarios ni ninguna otra motivación extrínseca puede alimentar una actividad durante décadas; lo único que puede hacer que sigas adelante durante casi veinte años escribiendo en un blog es que el hecho de hacerlo sea una recompensa en sí mismo.
Y aquí estamos, muchos años y muchas palabras después. Mil entradas, más de catorce mil comentarios y casi dos millones de visualizaciones. Se dice pronto. Pero son solo cifras; y, además, seguro que la mitad de los comentarios son míos xD. ¿Llegaré a escribir las dos mil entradas? Puede que sí o puede que no, pero en realidad, no tiene importancia. La entrada que importa es la mil uno, y después la mil dos y así mientras el cuerpo aguante.
Nos leemos,
Carlos
P.D.: David López, ¡que ganaste el concurso! ¡Escríbeme para que te envíe tu PDF!