Es una de mis series preferidas de cuando era niño, y la verdad es que fue de lo que más ilusión me hizo redescubrir cuando contratamos Disney+. Los capítulos son cortos, de 22 minutos, y encima la mayoría de las veces están divididos en dos pequeños capítulos de 11 minutos cada uno. Aunque llevaba tiempo sin verlos, he conseguido engañar a mi hijo pequeño para que los vea conmigo y os puedo asegurar que siguen siendo unos dibujos estupendos para gente de su edad; ¡le he visto reírse a carcajadas con algunas de las payasada que hacen los ogros del Duque Igthorn!
Como es de esperar de unos dibujos animados de los 80, Las aventuras de los Osos Gummi es para todos los públicos y nunca hay violencia extrema. Es cierto que más de una vez a los malos los terminan lanzando por los aires con una catapulta, pero de algún modo, aunque recorran cientos de metros, siempre caen en un árbol mullidito que no les causa ni un rasguño. Los capítulos tratan sobre problemas entre los osos y sus amigos derivados de malentendidos o choques por sus distintas personalidades, o bien de los intentos del Duque Igthorn de capturar a los osos o de conquistar el reino humano de Dunwyn. Es una fantasía confortable en la que en última instancia no suelen suceder cosas terribles, ni siquiera provocadas por los villanos.
Quizá sea por eso que últimamente me estoy dando cuenta de que abundan los juegos de rol con una temática confortable y cálida, que en inglés podéis identificar con la etiqueta «cozy fantasy» (o «cosy» en inglés británico) o «pastoral fantasy». Son juegos en los que se trata de evocar un ambiente de calidez y comodidad, normalmente sin recurrir a la violencia o manteniéndola a un nivel bastante limitado. En lugar de centrarse en historias épicas donde se decide la suerte de reinos o mundos enteros, las historias suelen ser más locales, centradas en problemas del día a día y cuya solución no suele necesitar de espadas y bolas de fuego sino de cooperación, amistad y comprensión.
¿Suena aburrido en comparación con bajar a un dungeon a saquear y matar? Bien, desde luego, se trata de un estilo muy diferente, aunque ambos estén ambientados en mundos de fantasía. Ojo, no todos tienen por qué ser juegos de fantasía medieval; quizá los más conocidos son así porque realmente el género más popular en los juegos de rol, tengan el tono que tengan, es la fantasía.
Hace ya unos pocos años traduje el juego Ryuutama para Other Selves. Como ya hemos comentado Rodrigo y yo varias veces, la portada de Ryuutama es la responsable de la mitad de las ventas del juego. Y lo decimos solo medio en broma xD. Hay algo en esa portada: una promesa de que dentro vas a encontrar una fantasía amable y un lugar seguro. Después he de advertiros que hay peligros y un sistema de combate en el que la gente se da espadazos los unos a los otros, pero hasta el modo en el que ese combate se simula, con su tablero abstracto tipo «RPG japonés» le quita mucha visceralidad a dicho combate. Vamos, que no asusta.Y el juego consiste en... viajar. Los habitantes del mundo de Ryuutama de cuando en cuando deciden que tienen que ver mundo, se ponen un sombrero y un abrigo, pillan un bastón y se marchan por ahí, algunas veces durante años y años. Las historias de sus viajes alimentan a los dragones que son los seres más poderosos de este mundo.
También podemos hablar del ganador del Ennie a mejor juego familiar del año pasado: Wanderhome. Otro juego pastoral en el que animales antropomorfos (¡como los osos gummi!) viajan por un mundo donde no hay grandes ejércitos de criaturas tenebrosas y van conociendo lugares nuevos, viendo el cambio de las estaciones y en general viviendo en un mundo que es acogedor. El sistema que usa como base se llama Belonging Outside Belonging, se usó primero en los juegos Dream Askew y Dream Apart y os aseguro que hay muchos juegos que también lo utilizan.Y, ¿cómo no hablar de los hobbits cuando hablamos de fantasía confortable? A los hobbits no les gustan las aventuras, no señor. Son cosas desagradables y molestas que retrasan la hora de la cena. Ellos prefieren quedarse en sus agujeros-hobbit fumando hierba para pipa y preparando alguna fiesta. Y de eso trata justamente el juego Under Hill By Water, creado por el autor del blog Rise Up Comus (el blog con un Don Quijote de Doré en la portada). Aquí interpretamos a hobbits que se dedican a tareas tan fascinantes como perseguir a la cabra que se le ha escapado a tu tía, buscar ingredientes para una fiesta fabuloso o simplemente vagabundear por la región y robar hortalizas a los granjeros malhumorados.A mí este tipo de fantasía me gusta, como ya habréis adivinado. Algo de este estilo se me coló en Las Frondas de los Medianos (que podéis descargar de forma totalmente legal desde el enlace). Obviamente, estamos tratando de una región enmarcada dentro del mundo de Valion, pero traté de describirla de un modo algo distinto a lo habitual, tratando de convertirla en ese oasis de paz que es la Comarca dentro de la Tierra Media, aunque tenga sus pequeñas fuentes de conflicto en forma de trasgos, hombres sapo y trolls. Pero están en las fronteras, claro que sí. Y la Guardia de las Arboledas se encarga de que no molesten a los buenos hobb... digooo, medianos. Eso. Medianos.
Ojo. El intentar mantener este estilo más «bucólico» está haciendo que me resulte algo complicado diseñar una aventura centrada en esta región que le he prometido a Pedro Gil. Que conste que la terminaré escribiendo (soy muy cabezota para estas cosas), pero estoy tratando de mezclar el tono de osos gummi y medianos mezclado con lo que es el estilo de un mundo derivado de los tropos de D&D. Lo conseguiré, pero le sigo dando vueltas para encontrar el equilibrio.
En última instancia, ¿por qué este tipo de juegos se están haciendo más populares? Creo que hay una cierta necesidad en el ambiente de poder escapar, siquiera unas horas, a un lugar seguro. Quizá sea una simple reacción a muchos años de fantasía descarnada tipo «grimdark» o a Juego de Tronos; las modas son pendulares y van de un extremo a otro con relativa frecuencia.
Pero también puede ser que estemos pagando las consecuencias de la pandemia. Y de la evidencia de los primeros efectos serios de la crisis climática (os recuerdo que el año pasado nos asamos en verano y que no tiene pinta de ir a mejorar la cosa). La juventud, en concreto, es cada vez más consciente de la necesidad de cuidar la salud mental y os aseguro que son mucho más empáticos que nosotros, y que están mucho más atentos a sus sentimientos. Sé que lo que se estila es pensar que son todos unos buenos para nada que no se preocupan por la política, ni por el trabajo ni por el futuro, pero os diría que en realidad sí se preocupan. Se preocupan mucho por el mundo que les estamos dejando, cada vez más inhabitable, más descarnadamente capitalista y con más fuerzas represivas tratando de hacer una enmienda a la totalidad de los avances sociales.
¿Nos puede extrañar entonces que la fantasía a la que quieran escapar, siquiera por unas horas, se parezca a un lugar donde vivir tranquilos, en comunidad y rodeados de una generosa naturaleza?
Sinceramente, lo que me extraña es que no haya aún más juegos de este tipo.
Saludetes,
Carlos
P.D.: Por supuesto, estos juegos incluyen avisos de contenido y herramientas de seguridad integradas en su texto. Habrá quien oiga hablar de herramientas de seguridad y se eche las manos a la cabeza y hable de «generación de cristal». Pero en realidad esta es una generación bastante vapuleada que lo único que quiere es saber un poco dónde se mete cuando empieza una actividad. Ya madurarán y se endurecerán, pero dadles un respirito.
P.D.2: Cuando hace unos años José Manuel Real propuso crear el juego de rol Espacios Abiertos & Criaturas Inofensivas a modo de broma, mucha gente dijo que en realidad ellos jugarían a algo así. Igual el deseo de una fantasía más amable no es algo que se haya generado únicamente en los últimos años.