El excelente blog Rol de los 90 publicó recientemente una entrada llamada Todo lo publicado para El Señor de los Anillos por JOC Internacional, un repaso a todos los libros que la desaparecida editorial Joc Internacional publicó para el juego original de El Señor de los Anillos allá por el siglo pasado.
No tengo todos los libros que publicó Joc para este juego, pero sí bastantes, y también muchos de los libros que sacó posteriormente La Factoría de Ideas. Los suplementos de Joc Internacional tenían una atención al detalle que aún décadas después me resulta fascinante. El mapa de la Tierra Media que creó Peter Fenlon me sigue pareciendo el mejor mapa que se ha hecho nunca para un juego de rol; es increíblemente detallado y da la impresión de que puedes ir siguiendo los caminos y llegar a cada uno de los pueblos y asentamientos que existen en la Tierra Media. Y las descripciones de la fauna, flora y climatología de las diferentes regiones me parecen brutales; una de los mejores ejemplos de lo que es una enciclopedia divertida. Recuerdo haber leído muchas veces Los Jinetes de Rohan y quedarme flipado con la información sobre las costumbres, la política, el ejército, los vestidos, la dieta, en fin, sobre ¡todo! de los rohirrim. Después me he ido dando cuenta, con el paso de los años, de que los autores lo que hicieron fue adaptar culturas reales de la Tierra y modificarlas para que encajaran en la Tierra Media (los rohirrim son vikingos con caballería). Algo que no es tan raro, si tenemos en cuenta que esa fue la misma estrategia de Tolkien.
En lo que solían fallar realmente estos libros era en dos cosas: el sistema de magia no se parecía en nada al modo en el que la magia funcionaba en la obra de Tolkien; y las aventuras solían ser normalitas, por lo general. Siempre me dio la impresión de que estos libros eran mucho más divertidos de leer que de jugar, aunque confieso que no jugué tanto a El Señor de los Anillos como para poder juzgar con conocimiento de causa.
Pensando en estos libros me surgió la idea de compararlos con el actual juego dedicado a la Tierra Media: El Anillo Único. Creo que estaremos casi todos de acuerdo en que El Anillo Único es mucho más fiel al tono de la Tierra Media que cualquier otro juego que se haya publicado anteriormente. A mí me gustaron las ilustraciones de la primera edición y casi me vendieron ellas solas el ambiente. Pero lo que terminó de convencerme fue cuando vi cantando a los trasgos que salían en el suplemento de aventuras Relatos de las Tierras Ásperas. Fijaos qué cosa más tonta, ¿verdad? Pero fue así. Ver a trasgos cantando canciones crueles, como hacían en El Hobbit me transportó a la Tierra Media de un modo mucho mayor que saber que Galadriel tenía todas las listas abiertas y cerradas de Esencia y Mentalismo hasta nivel 100.
De entre todos los libros que podía comparar en ambas colecciones, hay dos que tratan específicamente del mismo tema: la Ciudad del Lago. En el caso de El Señor de los Anillos hay un libro de unas 200 páginas llamado La Ciudad del Lago que publicó en español La Factoría de Ideas. Para El Anillo Único, la descripción de este lugar viene como un pequeño libreto de algo más de 30 páginas junto a la pantalla del juego.
La versión de El Señor de los Anillos incluye muchas más información porque dispone de más espacio para ello. Sin embargo, gran parte del libro se dedica a aventuras en la ciudad o sus alrededores, o a la descripción de otras pequeñas ciudades cercanas. Al final la parte dedicada propiamente a la Ciudad del Lago no es tan grande. Existen los habituales apartados dedicados a la flora, fauna y clima de la región. Y también se incluyen gran cantidad de datos sobre la cultura y la política de los habitantes de la ciudad. Pero cuando nos vamos a la descripción física, es decir, a los barrios y edificios, El Señor de los Anillos opta por usar un gran mapa con una vista aérea de la ciudad donde se puede consultar la localización de todos y cada uno de los edificios individuales que la componen, con un código de colores que nos indica si son tabernas, edificios públicos, almacenes, talleres, tiendas, etc. Hay un listado donde se describen someramente hasta 80 edificios y luego una sección donde se detallan los planos de muchos de ellos, con especial hincapié en las tabernas y bares, donde se supone que los personajes pasarán mucho tiempo. La descripción se completa con una larga lista de PNJ que viven en la ciudad, de los que hay estadísticas al final del libro.
La versión de El Anillo Único no puede entrar en tanto detalle debido a su menor extensión. No explica por ejemplo la climatología de la región, pero lo cierto es que tiene espacio para describir tres nuevos monstruos y una selección de plantas útiles que se pueden encontrar en los alrededores de la ciudad. También hay una descripción de la cultura de los habitantes de la ciudad, centrada sobre todo en las reglas para crear personajes de dicha cultura. Y en cuanto a la ciudad, en esta ocasión no hay un listado casa por casa de la misma, sino un plano (muy bonito) de la ciudad en vista aérea, con unos cuantos edificios marcados con números (una docena) y descritos posteriormente en el texto. Los barrios se describen también de modo general y en cada uno hay estadísticas de sus habitantes típicos (guardias, artesanos, etc.), aunque no existe un listado equivalante al de los PNJ de la versión de El Señor de los Anillos. Pero incluso así, con muchas menos páginas, la versión de El Anillo Único hace un muy buen trabajo a la hora de venderte el sabor de la Ciudad del Lago. Es una ciudad de personas que no tienen rey, sino que eligen a un gobernador, y que valoran la tenacidad, el comercio y el trabajo duro. Menos tradicionalistas que los hombres de Valle y más abiertos a las nuevas ideas.
No me entendáis mal, no es que la versión de El Señor de los Anillos sea mala. En realidad, tiene mucha información y te da una muy buena idea de la región y la ciudad. La versión de El Anillo Único hace algo muy similar en mucho menos espacio, pero admito que la falta de PNJ interesantes hace que el suplemento no llegue a ser usable más que como una pequeña base de operaciones de los jugadores.
Esta diferencia de enfoque entre los dos juegos es interesante de explorar. En los suplementos dedicados a Rivendel hay algo similar, y también si miramos las descripciones de Erebor, Dol Guldur, las Estancias del Rey Elfo y otros muchas localizaciones que están descritas en ambos juegos. Por lo general, El Señor de los Anillos opta por descripciones muy detalladas de todos los aspectos de una región, a un nivel exhaustivo y académico, mientras que El Anillo Único trata mucho más de vender un cierto sabor. La descripción de Dol Guldur de El Anillo Único es una especie de fuerte en una colina que los personajes no van a poder explorar como si fuera un dungeon. Y consigue impresionar con un cierto aire de maldad que queda patente en la descripción del lugar. Por el contrario, el Dol Guldur de El Señor de los Anillos es un dungeon con una decena de niveles, cada uno más mortífero que el anterior.
Lo cierto es que los suplementos de El Señor de los Anillos son hijos de su tiempo. Se comenzaron a publicar en los años 80, cuando el rol, sobre todo el centrado en la fantasía, no se había alejado tanto de D&D o de los wargames. Sus suplementos están llenos de tablas de encuentros aleatorios (muy detalladas), de listas de ejércitos preparadas para ser usadas en batallas a gran escala y de descripciones de fortalezas, ciudades y mazmorras que explorar y saquear (muchas veces, con largos listados de tesoros descritos minuciosamente con su composición de monedas, joyas y objetos mágicos).
Los suplementos de El Anillo Único te venden otra cosa. No se centran en datos específicos y, por ejemplo, ninguno incluye datos sobre las tropas exactas que componen los ejércitos de la Tierra Media. Probablemente porque los autores no se plantean en ningún momento que esos datos vayan a usarse en las aventuras. El Anillo Único no se olvida en ningún momento del tipo de partidas que quiere fomentar: las de un grupo de vagabundos que van a recorrerse la Tierra Media de arriba abajo enfrentándose a la corrupción, cumpliendo misiones para sus patrones (descritos como generadores de misiones, más que como personajes completos) y descansando de cuando en cuando en los pequeños puntos de luz que existen en la región.
Adoro los suplementos de El Señor de los Anillos y me parecen una obra de gran erudición. Hay muchísimo trabajo allí, pensado para hacer creíble la Tierra Media y las culturas que la habitan. Sus planos y descripciones me parecen increíblemente currados y los autores de verdad estudiaron el clima, la geología y la ecología de la Tierra Media. Pero ¿necesito realmente la descripción de siete tabernas de la Ciudad del Lago? ¿Cada una con la localización exacta de sus respectivos retretes? Quiza llega un momento en que el detalle se hace excesivo.
Al final, creo que es una cuestión de lo que se esperaba de un juego de rol en los años 80 y lo que se espera en los años 20 (del siguiente siglo). El Señor de los Anillos es mucho más simulacionista, en el sentido de que describe regiones y culturas con un grado de detalle que es admirable. Pero sus aventuras, por lo general, no son tan buenas como sus descripciones. En cierto modo, da la impresión de que sus suplementos más famosos se han escrito para ser leídos, más que para ser jugados. El Anillo Único no llega a tener tantos detalles y, sobre todo, la información que incluye en sus suplementos o en su propio libro de reglas está orientada a ser jugada. En lugar de explicarte todo lo explicable sobre una cultura, te dice cómo crear personajes de dicha cultura y te da ciertas nociones para hacerlos creíbles y que puedan distinguirse los unos de los otros. Por ejemplo, incluyendo reglas y objetos específicos para cada cultura.
Como sois gente inteligente y sabéis leer entre líneas, supongo que habréis notado que me gusta más el enfoque de El Anillo Único, porque me parece que está más orientado a generar partidas que tengan el sabor de los relatos de Tolkien. Pero lo cierto es que sigue resultándome muy disfrutable leer los suplementos de El Señor de los Anillos y siempre me parecerán joyas de la escuela más simulacionista e incluso wargamera de nuestra afición. Son enfoques distintos de una misma ambientación, cada uno de ellos con sus puntos fuertes y sus puntos débiles.
Como es lógico, lo mejor que podéis hacer es tener ambas colecciones xD.
Saludetes,
Carlos