Sigo muy liado. Da la impresión de que en el curro han tomado la decisión de no dejarme respirar este año. Como consecuencia, suelo llegar a casa con la lengua fuera y me está costando encontrar tiempo para escribir. ¿Os había comentado ya que hasta el mes pasado llevaba unos cuatro o cinco años de jornada reducida al 50%?Seguro que lo he comentado. Pues que conste que volver a currar ocho horas me está costando xD. No tanto por estar en la oficina como por el hecho de que cuando llego a casa me da la impresión de que no me da tiempo a hacer nada. Es una mierda; ¿no se supone que la automatización nos iba a hacer más libres? ¡Y todavía me quedan veinte años para jubilarme!
Continúo leyendo la trilogía de La Guerra de los Espíritus para Dragonlance. Me he terminado Los Caballeros de Neraka y estoy ahora mismo con El Río de los Muertos. Os diré que, sin duda, Weis y Hickman aprendieron a escribir con el paso de los años. Considero que estas novelas están bastante mejor que las anteriores, las de la segunda generación y la Guerra de Caos. El mundo me parece más interesante, aunque algo desesperado, con tanto dragón gargantuesco, y la trama me tiene enganchado. Lo que llevo un poco mal es la presencia de algunos de los Héroes de la Lanza originales... pero viejos. Sinceramente, me sentía mejor con esta saga cuando todavía podía pensar que sus protagonistas «vivieron felices para siempre», abandonando la historia y ya está. Pero no, me ha tocado ver a algunos ya viejos y caducos. Qué lástima. Al menos Conan tuvo la decencia de perderse solo en una selva ignota y desaparecer en la leyenda, en lugar de cascar ignominiosamente presa de la decrepitud.
Pero no nos amohinemos. El domingo que viene tengo partida de Sombras Urbanas con unos amigos y vamos a explorar las siniestras noches de Villarrobledo (Albacete) en nuestra campaña «Anochece, que no es poco». Trataré de ponerle épica al asunto, pero me temo que, como de costumbre, me saldrá algo épico-sarcástico.
Últimamente me leo bastante los canales de Telegram de Librojuegos y Solo RPG. Como ya he dicho en otras ocasiones, estamos viviendo un renacer de los librojuegos y una explosión de los juegos de rol en solitario. Que sí, a mí me parecen juegos de rol, aunque los juegues solos, pero os invito a poner todas las objeciones que consideréis necesarias expresar en los comentarios. Sabéis que termino contestando a la mayoría ;). El otro día comentaron en uno de estos canales la existencia una serie de wargames en solitario escritos por Mike Lambo y en concreto el de grandes batallas de la historia de Britania me está poniendo ojitos. Igual termina cayendo, que la propuesta me ha parecido bastante original. Los viejos wargames con hexáganos y fichas de cartón me atraen de un modo absurdo. Supongo que son cosas de haber jugado tanto de pequeño a La Caída del Imperio Romano de la editorial NAC. Ya os contaré si me termino animando.
En el tema de librojuegos, os aseguro que estamos asistiendo a un renacer como no se había visto desde los 80. La editorial Celaeno Books está a tope con su reedición de Lobo Solitario y ha anunciado que va a sacar libros de Fighting Fantasy y... ¡de la Búsqueda del Grial! Hasta han comentado que están en negociaciones con el autor de esta última colección para que escriba el noveno y último libro de la saga, en la que Pip busque de una vez por todas el dichoso Grial. La verdad es que aunque J. H. Brennan es ya un abuelete de 82 años, me encantaría que hiciera un nuevo servicio a la causa de los librojuegos y publicara una nueva aventura con Pip, Merlín, Excalibur Junior y el Diablo Poético :D.
Me resulta curioso pensar que este año apenas me he comprado tres o cuatro libros de rol: uno que me faltaba de El Anillo Único y tres libros del juego de ciencia-ficción dura Hostile. Y solo he participado por el momento en dos mecenazgos, el de El arte de diseñar juegos de Sugaar y el de Against the Dark Master, edición en castellano de Other Selves. Y aún así, llevo el mismo ritmo de gasto que el año pasado. Creo que la razón es que está todo la hostia de caro. Pero lo cierto es que los libros en papel son ya un lujo asiático solo al alcance de rajás, marajás y sultanes. Y más cuando son libros a todo color, en tapa dura y profusamente ilustrados. Es que claro, las puñeteras novelas que no tienen más que la portada en color y ni un dibujito se venden por 20 o 25 euros, así que, ¿cómo coño nos esperamos que un juego de rol, con todo el curro, la maquetación, las ilustraciones y las pruebas que llevan consigo no nos cueste un ojo de la cara? ¡Es que son artículos de lujo! ¡Asumámoslo!
Y tengamos también en cuenta que, mientras los viejos roleros seguimos ensimismados en este formato de juego de rol, con un mínimo de 256 páginas y toda la pompa y boato, la chavalaría se dedica a sacar juegos de rol en una sola página o en un tríptico a través de itch.io. Ah, cómo cambian los tiempos y cómo nos dejan a todos atrás. Los hijos (y las nuevas generaciones) son la promesa que nos hace la vida de que todo aquello que nos es querido y significativo no tendrá la más mínima importancia en un par de décadas o cuatro. En fin, os dejo. Es tarde y me tengo que leer una novelita de la Dragonlance.
Saludetes,
Carlos
P.D.: Perdón por la incoherencia del mensaje de hoy. Sé que no son más que una serie de pensamientos desordenados. Pero es que estoy con un bloqueo de escritor morrocotudo y necesito tirar líneas aunque solo sea para acostumbrarme de nuevo a escribir. Espero que me permitáis la indulgencia.
P.D.2: La palabra «popurrí» viene del francés «pot-pourri» y esta del guiso español «olla podrida», que era una mezcla de un montón de ingredientes metidos un poco al tuntún en una olla. Se usa de siempre para referirse a una mezcla de elementos sin relación aparente. Qué cosas, ¿eh?